El Imperio Bizantino (también llamado Imperio romano de Oriente) fue el heredero del Imperio Romano y duró durante toda la Edad Media y a principios del Renacimiento. Se ubicaba en el mediterráneo oriental y su capital era Constantinopla. Duró desde el 395-1453. Perdió varios territorios y fueron atacados numerosas veces, entre las que destacaron: las guerras romano-sádicas y las guerras árabo-bizantinas. Fue uno de los principales centros comerciales del mundo, estableciendo una moneda de oro estable que circuló por toda el área mediterránea. Su historia se divide así:
- Origen
- Historia temprana
- La época de Justiniano
- El repliegue de Bizancio
- Renacimiento macedónico
- Declive del Imperio (1056-1261)
- El final: el sitio turco
1.- Economía:
La principal actividad económica era la agricultura, organizada en latifundios, en manos de la nobleza y el clero. Cultivaban los cereales, frutos, hortalizas y otros alimentos vegetales.
La industria se basaba en talleres de seda estatales y necesitaban muchos operarios. Al principio dependían del comercio para tener la seda pero después se hicieron con capullos de gusanos de seda y empezaron a producirla ellos mismos.
El comercio bizantino era muy importante y el imperio se encontraba en el lugar perfecto. Pero entro en decadencia entre los siglos XI - XIII.
2.- Religión:
Uno de los rasgos más característicos de la civilización bizantina era la importancia de la religión. El cristianismo primitivo se desarrolló antes en Occidente que en Oriente.
3.- Cultura y Arte:
Al principio del Impero Bizantino hablaba una mezcla entre el latín y el griego. El latín era la estatal y el griego era la hablada y el principal vehículo de la expresión literaria. La arquitectura bizantina era hereditaria de la arquitectura romana y la arquitectura paleocristiana. Era una arquitectura religiosa, pero también se construían los edificios civiles más importantes. Construían con ladrillos y decoraban la paredes externas con piedra y las internas con mosaicos. Utilizaban columnas e innovaron con el uso de la cubierta abovedada. Los tipos de bóveda más usados son la de cañon y la de arista, pero destacaba la cúpula. En esculturas era una derivación del romano. Decoraban mucho con mosaicos y llegaron a su mayor esplendor. En la pintura son particularmente destacables los retablos de temática religiosa conocidos como iconos.